CARTAS A NADIE VI

A ti:

Sin mas atuendo que mis manos vacías para acecinar otra hoja en blanco que de nuevo se introduce en mi.

Natalia, mi psiquiatra vuelve con energías renovadas, considerando que debo retomar la escritura; supuestamente ella me hace ser mas "sensata" e inconcusa, yo tengo mis dudas sobre ello y lo asumo con parsimonia. Por eso reanudo, sumiendo mi castigo impositivo y aquí me tienes desgranándote en forma de restaurada necesidad y por supuesto en contra de mi sinuosidad mundana, regalándome a la caridad del peso deplorable de mi misma.

Ayer sin embargo creí entumecer mi conciencia y aun no sé que pudo advertir mi memoria pero sin estar en nada certera, las campanas de mi sombra sonaron con infausta claridad, deseando que la desnudez de mis pies corriesen como agua atormentada rodando y cayendo como el vertiginoso polvo. Por un instante mis dientes masticaron la fina arena al compás de mis pasos.

Cuanta libertad desgranada de un oxigeno distinto nació de pulmones inventados.
Supuse, porque no lo sé, que solo sería la llamada de la huida sibarita, que mis oídos tachados enturbian a su antojo.

Escribirte..., ¿como qué, escribirte?,
si tus ojos de tiempo se disiparon entre los cristales del recodo.

¿Cómo escribirte...?,
si la locura que ruge a tu murmullo ya respondió en mi eco...



ALMA