TU EGOISTA, YO COBARDE...

Este latido mio,
tan amplio,
tan estúpido
y tan necio...
solo es fuente danzante de mi llanto.

Daño afianzado
que atraviesa todos los inviernos,
un dolor esperado y esperado.

Respiras de mi y en mi,
el aire de tu vaho me llega al pensamiento,
máxime canto que la vida sueña,
sangre que en ésta, mi noche,
corre ingrávida y ascendiendo,
como los ríos crecidos
de nuestros minutos acabados,
como lluvia perdurable
de mis lágrimas sin fin.

Y en mi vientre tu mano apuñalada,
contenidos los pétalos mojados de mis muslos,
mis flores resucitadas en pedazos por tu cuerpo.

Me lo digo...
los hilos de mi sangre acostumbrada,
después de todo castigada por furtiva,
no se trata de mi cuerpo mezquino
el que ha de darme todo,
solo me queda avenirme de muerte,
agónico tambor de mi silencio entumecido.

Sonríe,
yo te dejo...
aunque no puedas.


ALMA