SONRISA

Te he devuelto la sonrisa y el silencio reconforta la vieja voz. 
Siento en su comedia que el tiempo desnudado eterniza la verdad.  Y elijo la dulzura de una soledad que en penumbra sigo necesitando. Es así, por cumplir en cada ocaso con mi seguridad.

Sumisa de la mano que acuna el destello, sin sentir el temblor que se rompe en el sacrificio. Asienten mis ojos postreros. Simples aprendices en la lentitud de mi sentencia. Y es el precio como enseñanza, la adaptación a un mismo lenguaje del alma.

Venerar una existencia.
Esgrimiendo a la razón hacia una ruta de sal, posando como ave entre las ramas del inocuo camino.

Y derramada para recibir la entrega de tu nueva... sonrisa.


ALMA